Pueblo protector de San Miguel y el Santuario de Jesús Nazareno de Atotonilco






Valor universal excepcional

San Miguel de Allende es un ejemplo temprano de un desarrollo territorial y urbano racional en las Américas, relacionados con la protección de una de las principales carreteras del interior de España. La ciudad floreció en el siglo XVIII con la construcción de una importante arquitectura religiosa y civil, que exhibe la evolución de diferentes tendencias y estilos, desde el barroco hasta el neogótico de finales del siglo XIX. Las mansiones urbanas son excepcionalmente grandes y ricas para una ciudad latinoamericana de tamaño mediano y constituyen un ejemplo de la transición del barroco al neoclásico. El Santuario de Atotonilco es un notable complejo arquitectónico que ilustra una respuesta específica, inspirado en la doctrina de San Ignacio de Loyola. Su decoración interior, especialmente pintura mural, hace del Santuario una obra maestra del barroco mexicano. Tanto el pueblo como el Santuario, íntimamente vinculado, jugó un papel importante en el proceso de independencia de México, con impactos en toda América Latina.

Criterio (ii):San Miguel de Allende constituye un ejemplo excepcional del intercambio de valores humanos; por su ubicación y funciones, el pueblo actuó como crisol donde los españoles, Criollos y amerindios intercambiaron influencias culturales, algo reflejado en el patrimonio material e inmaterial. El Santuario de Jesús Nazareno de Atotonilco constituye un ejemplo excepcional del intercambio cultural entre las culturas europea y latinoamericana; la disposición arquitectónica y la decoración interior atestiguan la interpretación y adecuación de la doctrina de San Ignacio de Loyola a este contexto regional específico.



Criterio (iv):San Miguel de Allende es un ejemplo excepcional de la integración de diferentes tendencias y estilos arquitectónicos a partir de un trazado urbano del siglo XVI. La arquitectura religiosa y civil exhibe la evolución de diferentes estilos, bien integrado en un paisaje urbano homogéneo. Las mansiones urbanas son excepcionalmente grandes y ricas para una ciudad latinoamericana de tamaño mediano. El Santuario de Atotonilco es un ejemplo destacado de asentamiento religioso específico, contiene una decoración excepcional que la convierte en una obra maestra del barroco mexicano.

Se han cumplido las condiciones requeridas de integridad y autenticidad; Tanto la ciudad como el Santuario han sufrido pocas alteraciones significativas a lo largo del tiempo, los cambios urbanos se han adaptado a las características y la escala de la ciudad, y los trabajos de restauración se han llevado a cabo de acuerdo con los principios teóricos y técnicos adecuados.

El sistema legal vigente asegura la adecuada protección de la propiedad y el pueblo y el Santuario exhiben un aceptable estado de conservación. Políticas de gestión, las estructuras y los planes establecidos son adecuados para garantizar la preservación de los valores de la propiedad, integridad y autenticidad.







Arquitectura clasica
Arquitectura clasica